domingo, 4 de marzo de 2012

HIGIENE PERSONAL

LA PIEL
La piel es una de las primeras barreras del organismo para defenderse de las agresiones del

medio. Además, es un órgano de relación porque en ella está el sentido del tacto. Por eso, es

 aconsejable ducharse (mejor que bañarse) diariamente o al menos tres veces en semana y

 hacerlo preferentemente por la noche. Así el cuerpo se relaja y descansa mejor. Se deben

utilizar jabones de acidez similar a la de la piel (ph=6) y que no irriten. Es mejor utilizar las

propias manos. Si se emplean manoplas o esponjas, deben ser de uso individual.

No deben usarse desodorantes antitranspirantes ya que impiden la sudoracion. Las chicas

 deben ducharse diariamente durante la menstruación. Cuando se tienen determinadas

 enfermedades con fiebre (gripe, resfriados...) conviene bañarse para eliminar la sudoracion y

 permitir una mejor transpiración de la piel. Además de la ducha diaria hay que lavarse la cara

 y las manos por la mañana.

EL CABELLO

El cabello se ensucia con mucha facilidad porque retiene el polvo, las secreciones del cuero cabelludo y su descamación (caspa). Es aconsejable lavarlo 2 o 3 veces a la semana en función del tipo de cabello (graso, seco ...), y teniendo en cuenta frotar con las yemas de los dedos, nunca con las uñas, y realizar al final un buen enjuagado para no dejar jabón. La elección del champú debe hacerse en función del tipo de cabello. Estas medidas generales deben modificarse en casos especiales como en el supuesto de existir piojos.

LAS MANOS

Por su relación directa y constante con el medio, las manos son uno de los más importantes vehículos de transmisión de infecciones. Hay que lavárselas con agua y jabón al levantarse de la cama, después de tocar animales, antes de manipular alimentos, antes y después de curar cualquier herida, después de ir al water y cuando se ha estado en contacto con posibles fuentes de contaminación o intoxicación (basura, estiércol, tierra, productos tóxicos). En general, siempre que estén sucias. Especial atención merecen las uñas, ya que su estructura hace que acumulen fácilmente la suciedad. Esto hace necesario el uso de un cepillo de uñas para limpiarlas. Es aconsejable cortárselas frecuentemente.

 

HIGIENE PERSONAL

LOS GENITALES

Los genitales, al estar tan próximos a los orificios de salida de la orina y las heces, son una parte del cuerpo que requiere especial atención. Tanto la vulva como el pene tienen una serie de pliegues que hay que separar para lavarlos correctamente. Las niñas deben lavarse de delante hacia atrás para no arrastrar restos de heces a la vagina. La regla no contraindica la limpieza. Por el contrario, exige una mayor frecuencia. Los niños deben bajar la piel del prepucio y limpiar el glande. Los desodorantes íntimos deben desecharse, pues pueden alterar la mucosa vaginal y exponerla a infecciones.                       
LOS PIES:
La limpieza de los pies es de gran importancia, ya que al estar poco ventilados por la utilización del calzado, es fácil que se acumule en ellos el sudor que favorece la aparición de infecciones y el mal olor. Hay que lavarlos diariamente y es fundamental un buen secado, sobre todo entre los dedos, para evitar el desarrollo de posibles enfermedades. Las uñas de los pies al igual que las de las manos, se cortarán frecuentemente y en línea recta para evitar encarnaduras. Los zapatos deben ser cómodos, preferentemente de materiales naturales, para facilitar la transpiración. También serán adecuados al tamaño del pie, pues un zapato excesivamente amplio puede ser incómodo y dar lugar a torceduras. Por el contrario, si es demasiado estrecho impide el desenvolvimiento natural del pie y produce durezas, rozaduras e incluso deformaciones.
LOS OIDOS:
La oreja y el oído externo deben lavarse diariamente con agua y jabón. Evitar la entrada de agua en el oído medio. Esto se consigue inclinando la cabeza hacia el lado en que se está lavando.
Los bastoncillos de algodón se deben utilizar solo para secar los pliegues, pero nunca para la limpieza del oído, ya que empujan la cera hacia dentro y contribuyen a la formación de tapones. Si se observa la existencia de secreciones, picor persistente o disminución de la audición, es aconsejable consultar al médico.
LOS OJOS:
Aunque los ojos tienen un mecanismo propio de limpieza, constituido por el sistema lagrimal, deben lavarse diariamente con agua, especialmente al levantarse, para eliminar las legañas producidas durante el sueño. Como medida de protección de los ojos hay que tener en cuenta: usar una buena luz para estudiar y leer, que entre por la izquierda para los diestros y por la derecha para los zurdos. Si es artificial es aconsejable que sea de 60w y color azul; no leer en vehículos en movimiento, ya que provoca variaciones continuas en la distancia entre el ojo y el texto; mantener una distancia adecuada cuando se utilizan ordenadores o se ve la Tv. Los padres y maestros pueden detectar defectos de visión en los niños, observando su actitud en relación a la lectura, escritura y pizarra. Es aconsejable que la visión sea valorada por el médico periódicamente y usar gafas en caso de estar indicadas.
LA NARIZ:
La producción de moco como lubricante y filtro para el aire es importante, pero el exceso de mucosidad obstruye las fosas nasales y dificulta la respiración. La limpieza de la nariz consiste en la eliminación de moco y las partículas retenidas en el paso del aire. Esta eliminación debe hacerse utilizando un pañuelo limpio y tapando alternativamente una ventana nasal y luego la otra y sin expulsar el aire con mucha fuerza. En caso de obstrucción persistente, se pueden hacer lavados con suero fisiológico, echando unas gotas en cada una de las fosas nasales. Esto es recomendable hacerlo unas horas antes de las comidas. Otra medida es tomar vapores de agua, sin añadir otra sustancia, a menos que lo indique el médico. Los niños deben llevar siempre un pañuelo limpio y evitar tocarse la nariz con las manos sucias, que pueden producir infecciones.
LA BOCA:
Los cuidados que hay que tener con la boca están encaminados a prevenir la caries dental y la enfermedad de las encías (periodontal) y mantener la dentadura apta para sus funciones, además de producir bienestar y hacer agradables las relaciones con otras personas. Las caries se pueden evitar con una reducción del consumo de azúcar; mediante un cepillado de los dientes y encías dos veces al día, a fondo pero suavemente; con el uso de un dentífrico fluorado; con las visitas periódicas al dentista para detectar signos precoces de enfermedad dental. El tipo de cepillo recomendado para la limpieza es de cabeza pequeña, mango recto y cerdas de nylon de dureza media o suave. Hay que cambiar el cepillo con regularidad en cuanto las cerdas se deforman. Es aconsejable usar una pasta de dientes fluorada. En el cepillado, lo fundamental es eliminar la placa minuciosamente sin dañar las encías. La técnica de barrido es más eficaz que la giratoria, más fácil de aprender y de aceptar. La forma de hacerlo es colocar los filamentos del cepillo en el cuello del diente haciendo movimientos horizontales muy cortos y frecuentes. También es aconsejable cepillarse la lengua. La placa vuelve a formarse en 24 horas, de manera que los dientes tienen que limpiarse cuidadosamente al menos una vez al día, aunque lo mejor es después de cada comida.
LA ROPA:
La ropa y el calzado deben ser objeto de especial atención. Es indispensable cambiarse de ropa después de la ducha o baño. La ropa interior se cambiará diariamente. Los niños llevarán ropas cómodas, no ajustadas, de fácil lavado y adecuadas a cada momento y situación del día. Para dormir, utilizarán ropa amplia y diferente a la usada durante el día. Se debe tener en cuenta la temperatura ambiente y llevar ropas adaptadas a la misma. Los zapatos serán cómodos y adecuados al tamaño del pie. Para mantener la higiene y duración del calzado conviene limpiar, cepillar y airear los zapatos con regularidad.
EN EL WATER:
Hay que habituarse a defecar diariamente y conviene que se realice a una hora fija para evitar el estreñimiento. También se evita con una alimentación rica en verduras, frutas (excepto la manzana y plátano) y otros productos ricos en fibra tales como el pan, cereales integrales y agua abundante. Después de hacer caca hay que limpiarse bien, utilizando papel higiénico suficiente, de forma que no queden restos ( el último trozo de papel usado deberá quedar limpio). Las niñas deben limpiarse hacia atrás para no arrastrar restos de heces a la vagina. Inmediatamente después hay que lavarse con agua y jabón. Esto es especialmente importante, puesto que evita infecciones que se transmiten por vía fecal-oral a través de las manos. Después de utilizar el water hay que tirar de la cadena y comprobar que ha quedado limpio.
EL SUEÑO:
Las necesidades del sueño varían según la edad y la actividad. Los niños de 4 a 12 años necesitan aproximadamente 10 horas de sueño y los adolescentes de 8 a 10. A mayor actividad física y mental, más número de horas de sueño se necesitan. La falta de sueño produce en los niños fatiga, dificultad de aprendizaje e influye negativamente en su equilibrio personal. Los niños deben acostarse y levantarse todos los días aproximadamente a la misma hora. Hay algunos elementos y situaciones que facilitan el sueño: una habitación silenciosa, oscura y aireada con temperatura moderada, una cama dura y plana, una cena ligera y bebidas no excitantes, actividades relajantes antes de dormir (ducha, lectura ...). Algunas normas higiénicas antes de acostarse: cepillado de dientes, ropa amplia y distinta de la que se ha usado durante el día y lavado de manos y cara. Lo mismo al levantarse.
EL EJERCICIO:
Al hacer ejercicio la sudoración aumenta, por lo que hay que ducharse después. Para hacer deporte hay que usar ropa adecuada, que habrá que cambiar después. Lo mismo ocurre con el calzado de deporte; si su uso se hace extensivo a todo el día, dificulta la transpiración de los pies y puede producir infecciones en la piel. La ropa de deporte será ligera para facilitar la transpiración. Conviene no hacer deporte durante la digestión y tampoco con el estomago vacío. Así mismo, hay que evitar el sobre esfuerzo: el deporte debe ser adecuado a las posibilidades del niño.

EL JUEGO

La actividad principal en la vida del niño es el juego y esto implica la mayoría de las veces que se ensucie. Este hecho debe ser aceptado por los adultos, que al mismo tiempo enseñaran a los niños que une vez concluido el juego, si es necesario, hay que lavarse y cambiarse de ropa. De todos modos, es necesario que los niños aprendan a no jugar en lugares donde se acumulen basuras y desperdicios, a no tocar objetos punzantes o que representen peligro; apartarse de zonas donde haya aguas estancadas; descartar la bebida de aguas sucias o no potables; desechar el chupado de pegamentos; no usar gafas de plástico que perjudiquen la vista, huir del juego en zonas de terrenos con pozos, cuevas, cambios bruscos de altura o lugares próximos a carreteras.

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